El video publicitario que solo le propone al usuario ser un espectador pasivo del contenido tiene fecha de vencimiento porque el cliente digital busca claramente interactuar y encontrar un servicio más allá de la publicidad. Como este cliente digital es predominantemente mobile y está permanentemente conectado, a toda y en todo lugar, los videos interactivos deben llegar a él en este formato.
Sin embargo, la calidad es fundamental, porque un video interactivo que no se reproduce debidamente o cuyos iconos de interacción no funcionan bien desde el móvil genera el efecto contrario: una mala experiencia para el cliente es una pérdida para la empresa.
Para ofrecer entonces presencia y calidad, garantizando así una excelente experiencia de usuario que pueda transformar, gracias al video interactivo, al espectador en cliente, es fundamental recurrir a plataformas online como Cinemad.tv, para agregar interacciones de social media, ecommerce y marketing a cualquier video, lo que permite mejorar su efectividad, haciéndolo interactivo, inteligente y cliqueable.
Si desde el móvil es posible ver el video y, además, seguir a la marca en las redes sociales utilizando el icono que está en el mismo video; si se puede cliquear un artículo y conocer su precio, presentaciones, etc. e incluso adquirirlo usando solamente el smartphone, se está brindando una experiencia acorde a las expectativas del cliente digital, hablando su mismo idioma y poniendo a su disposición, para la elección y la compra, de las mismas herramientas y posibilidades que tiene y utiliza en otros ámbitos.
Para la compañía que no los tiene, el primer objetivo para satisfacer al cliente digital que no quiere publicidad, sino información y servicio, es transformar sus videos comunes en interactivos o crear unos nuevos que lo sean –ambas opciones son posibles a través de Cinemad.tv-. Después, es fundamental que estén disponibles para dispositivos móviles, garantizando una excelente experiencia.
El video publicitario, entonces, no tiene por qué ser deficitario en relación a las demás líneas de comunicación con el cliente; por el contrario, debe estar bien aprovechado para generar conversión entre un público cada vez más acostumbrado a la interacción, a la tecnología como solución de problemas y al entorno digital participativo.