El escenario laboral planteado a raíz de la pandemia arroja serios desafíos para las empresas. La vuelta a las oficinas para muchos trabajadores, la implantación del home office para otros, así como los modelos híbridos de trabajo presencial y teletrabajo, el reto de la productividad e, incluso, la posibilidad de una jornada laboral de cuatro días, plantean un marco desafiante para las compañías y su compromiso con el bienestar de los empleados.
“En esta escena los equipos directivos juegan un papel clave en la vida profesional y personal de sus trabajadores, y a la vez, tienen en sus manos la oportunidad de crear una cultura de bienestar que contribuya a la mejora del ambiente en sus entornos de trabajo sea cuáles sean”, explica Estel Mallorquí, fundadora y directora de Biwel.
Hay que tener en cuenta que las empresas más allá de un simple lugar en el que trabajar, pueden decidir convertirse en el lugar ideal para hacerlo, proporcionando vivencias compartidas y memorables para sus empleados, fomentando así la creación de embajadores de marca y potenciar la atracción de talento (estrategia de employer branding). Para conseguirlo, es de vital importancia alinear el propósito de la empresa, con la marca y la cultura global.
Desde Biwel, la empresa dedicada a la salud y el bienestar de los trabajadores, señalan que “cada elemento de la cultura y la política de recursos humanos pueden promover el bienestar de las personas que la conforman, consiguiendo así tener personas con un alto rendimiento sostenido, un alto sentimiento de pertenencia (engagement) y una alta tasa de fidelización de los empleados (estrategia employer experience)”.
Pero, ¿cómo conseguirlo? Estel Mallorquí apuesta sin duda por la creación de un Plan de Bienestar que aglutine todas las peculiaridades de cada organización y tenga como foco principal a sus trabajadores. “Los equipos directivos más influyentes del mundo reconocen que tienen impacto en el bienestar de los empleados todos los días, para bien o para mal, y tienen la misión de mejorar sus vidas, no solo su desempeño. Por esto, mejorar el bienestar de las personas tiene un impacto directo en el resto de los objetivos empresariales: aumento del compromiso, retención del talento, sentimiento de pertenencia y satisfacción, disminución del absentismo y un mejor clima laboral”, apuntan desde Biwel.
En este sentido, Gallup y otros estudios, destacan que los trabajadores que están prosperando en las cinco dimensiones del bienestar (trayectoria, social, financiero, comunitario, salud) presentan ventajas frente a los que no: pierden menos días de trabajo, logran mayor satisfacción de los clientes, resuelven los problemas con mayor facilidad y consiguen adaptarse a los cambios más rápidamente que los empleados que solo están prosperando en una de las dimensiones. Por lo tanto, cuanto mejor sea la experiencia del empleado, mejor será la del cliente y, por ende, su satisfacción y su capacidad de generar beneficios.
¿Qué puede hacer entonces una empresa para facilitar el bienestar de sus personas en las cinco dimensiones? Biwel ha lanzado para la primera semana de noviembre un curso 100% gratuito y práctico dónde explicará cómo crear un plan de bienestar y los beneficios de implantar una plataforma de bienestar dónde incluir en un solo canal las diferentes acciones de los 5 pilares:
Estel Mallorquí señala que “facilitando el crecimiento personal de las personas que conforman la organización, un aspecto esencial para conseguir el rendimiento sostenido de nuestros equipos, mejoraremos la relación con los equipos, con los líderes y con la organización. El capital humano es el principal activo de la empresa, responsable de su crecimiento, y debemos cuidarlo creando empresas más saludables, seguras, productivas, humanas, competitivas y sostenibles”.
Personas más comprometidas, felices y saludables generan empresas saludables y rentables.