Mucho se viene hablando en los últimos días de la situación de los autónomos en España. La realidad es la que es y no se puede maquillar ni ocultar. El sistema de cotización de los autónomos es injusto. Siempre habrá quién ponga sobre la mesa casos de autónomos defraudadores y que se aprovechan del sistema, pero esos no son la mayoría del colectivo.
Que haya que pagar un mínimo de 264 euros mensuales resulta sangrante. No puede ser que un autónomo que ingresa menos de 1.000 euros deba abonar esas cantidades. ¿Alguien ve justificable que las cuotas a la Seguridad Social de un autónomo se lleven cerca del 30 por ciento de lo que ingresa?
Nuestros políticos no se cansan de afirmar que España necesita de los emprendedores para salir adelante, pero la realidad es que resulta toda una hazaña animarse a poner en marcha un negocio en nuestro país. Ante este panorama, la lógica nos indica que si algo no funciona habrá que cambiarlo.
Seguro que se pueden encontrar fórmulas para crear un sistema de cotización de los autónomos que resulte justo y anime a la gente a emprender. Mientras España no se mueva en esa dirección será difícil mejorar.
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