Cada vez son más los juicios en los que se presenta un mensaje de WhatsApp como prueba, sin embargo, demostrar el envío o la recepción de estos mensajes no siempre es fácil, es una tarea más compleja de lo que a priori pudiera parecer.
Según Javier Rubio, perito ingeniero informático del Colegio de Ingenieros en Informática de la Comunidad de Madrid, “para aceptar un mensaje de este chat como prueba es necesario analizar, si es posible, ambos teléfonos móviles. Aun así, es muy difícil determinar, con un cien por cien de fiabilidad, que el emisor envió los mensajes, en caso de que se trate de autentificación de mensajes recibidos; o que el receptor los recibió y, además, los leyó, en caso de que se trate de autentificación de mensajes enviados.”
Casos en los que se ha aceptado los mensajes de esta popular app como prueba ya se pueden encontrar en la jurisprudencia española. Por ejemplo, un juzgado de Ferrol condenó a un hombre a 1 año y 9 meses de cárcel por mandar más de 2.000 mensajes a su expareja.
Sin embargo, las autoridades jurídicas cada vez tienen más en cuenta la vulnerabilidad de WhatsApp. Durante este verano, conocíamos que dos investigadores españoles, Jaime Sánchez y Pablo San Emeterio, habían descubierto un fallo importante en el sistema de esta aplicación que permitía cambiar el nombre del remitente de los mensajes.
“Normalmente, la prueba pericial de autentificación de mensajes de WhatsApp, se debe poner en valor al resto de las pruebas en un procedimiento judicial, puesto que por sí misma, tendría poca validez en la mayoría de los casos”, añade Rubio. “Asimismo, es obligatorio que la prueba vaya avalada por el informe pericial de un perito informático colegiado, ya que es relativamente fácil manipular una prueba de este tipo. Esto implica que, si la prueba no está fehacientemente avalada, puede ser inmediatamente rechazada por el juez”, asegura el informático.