La complicada situación financiera que atraviesa Brasil ha tocado de lleno al sector contact center, concretamente a la operadora TIM, la segunda más importante del país con una cuota de mercado del 25,88%.
Desde la empresa buscan reducir sus costes operativos para afrontar la recesión que vive el país, y por ello se han reembarcado en una reorganización de su masa laboral que implica prescindir de 1.700 empleados de su call center.
Con estos despidos y otras medidas que prevé implementar la compañía, confían en obtener un ahorro de 1.000 millones de reales (303 millones de dólares), durante el próximo año 2017.