La CGT alerta en un
comunicado de que
han empeorado las condiciones laborales que sufren los
trabajadores subcontratados por Movistar tras la compra de Canal+, que pertenecen a las empresas Extel y Atento.
El problema reside en que a pesar de que los trabajadores de atención al cliente de Telefónica-Movistar (1004) no han recibido formación para atender a los clientes de Canal+, están obligados a gestionar sus llamadas.
También se ha revelado desde la organización sindical que “en la mayor parte de los casos los trabajadores no tienen acceso a las aplicaciones necesarias para consultar qué servicios tienen contratados los clientes”.
Por otra parte, también se comenta desde la CGT que se les “presiona y amenaza para que vendan productos y que disminuyan el tiempo de las llamadas”.
Asimismo, en el 1002, hasta ahora número de asesoramiento técnico de Movistar, también se ha pasado a prestar asistencia técnica de Canal+, lo que ha supuesto un notable incremento en las llamadas, al igual que en el 1004, sin que apenas se hayan ampliado las plantillas que las atienden.
Ante ese panorama los trabajadores han visto como aumentaba su estrés y ansiedad, y bajaba la calidad de la atención que prestan a los clientes, que deben esperar mucho tiempo para ser atendidos, y cuando lo son no reciben una atención adecuada y son pasados de unos departamentos a otros sin que nadie sepa resolver sus dudas.
Además, gran parte de los clientes que necesitan un asesoramiento personal e individualizado “son despachados por un agente virtual (locución verbal) que lo único que genera es mayor insatisfacción y una frustración totalmente justificada que pagan los telefonistas, como último eslabón de la cadena”.
Por último, desde la CGT han realizado graves acusaciones contra Extel, y han indicado que “sus trabajadores sufren un constante acoso por parte de la dirección de la empresa, que se materializa en amenazas y sanciones de hasta 47 días de empleo y sueldo, por no ofrecer productos de la compañía Movistar”.