Tras leer el extenso artículo de investigación que dedica El Confidencial a los call centers portugueses, al lector le invadirá la sensación de que los que trabajan en ese sector en Portugal lo hacen en un estado de semiesclavitud.
No deseamos a través de esta tribuna de opinión negar lo evidente. Es cierto que existen en Portugal centros de trabajo donde las condiciones se acercan a las descritas por El Confidencial y ese tipo de situaciones se deben evitar a toda costa. Pero no se puede generalizar porque el sector es muy variado.
Cada empresa es un mundo y en Portugal hay muchos call centers donde se trabaja estupendamente y las condiciones de los empleados son dignas. ¿Qué en ocasiones es un trabajo duro y está mal remenurado? Eso es indudable y es un apartado que se debe mejorar, pero no puede dejar de hacernos ver que gracias a los call centers muchas personas pueden salir adelante.
Como periodistas debemos denunciar cada vez que se producen injusticias laborales y las empresas cruzan determinadas líneas rojas. Pero de la misma forma, también debemos contar cuando se hacen las cosas bien. Siempre que sea posible y se cuente con las fuentes adecuadas, hay que mostrar todas las caras, porque lo contrario va contra los principios sagrados del periodismo.
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